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¡Conoce nuestra historia de la Caminata por el Agua 2025: Celestine!
En la remota comunidad de Kambu, Kenia, una niña llamada Celestine camina dos millas todos los días con un garrafón de cinco litros en la espalda. Mientras algunos niños pueden jugar después de la escuela, Celestine no tiene esa opción.
Cada día recorre largas distancias para recolectar agua para su familia, dedicando horas a conseguir un recurso que muchos de nosotros damos por sentado.

Celestine y su abuela Anne caminan dos millas ida y vuelta cada día para recolectar agua para su familia.

Celestine tiene seis años y vive con su abuela Anne. Debido a la inmensa pobreza en Kambu, la madre de Celestine está buscando trabajo en otro pueblo con la esperanza de enviar dinero a su familia. Como la mayoría de las niñas, Celestine desea pasar su tiempo en la escuela y con sus amigas.

“Mi cosa favorita en la escuela es leer”, dijo Celestine. “Después de la escuela, me gusta jugar con mis amigas. Mi juego favorito es a las escondidas, y el mejor lugar para esconderse es en el árbol de baobab.”

Como Celestine pasa tanto tiempo caminando para recolectar agua, a menudo le queda poco tiempo para jugar con sus amigas y simplemente disfrutar de su infancia.

Celestine camina una milla y media desde la escuela hasta su casa. Pero en lugar de poder jugar con sus amigas después de clases, tiene que hacer otra caminata de una milla más, esta vez acompañada de su abuela. 

“Obtenemos agua del río Kambu durante la temporada de lluvias”, explicó la abuela Anne. “Son 20 minutos de caminata en cada dirección.”

Con grandes bidones a la espalda, Celestine y la abuela Anne hacen la larga caminata hasta el río Kambu para recoger agua para beber, lavar y bañarse.

Mujeres como Anne y niñas como Celestine pasan colectivamente 200 millones de horas al día caminando para conseguir agua. Durante la temporada seca en Kambu, recoger agua toma más tiempo de lo habitual. Celestine y Anne deben cavar en el lecho seco del río porque hay muy poca agua.

“Cuando vas al lecho del río, tienes que escarbar en la arena y esperar a que el agua suba,” dijo la abuela Anne. “En total, puede tardar de una a dos horas.” 

El agua del río Kambu está sucia y no es segura, y los animales suelen pasar por ella. A menudo le provoca enfermedades a Celestine, y la hace faltar a la escuela.

Un garrafón de cinco litros de agua es muy pesado para una niña pequeña. En el camino de regreso, el bidón de Celestine pesa aproximadamente cinco kilos, lleno hasta el tope para no tener que repetir la caminata.​ 

“Lo cargo en la espalda. Me canso mucho,” dijo Celestine. 

“Celestine se cansa mucho cuando va a buscar agua. No puede hacer nada más cuando llega a casa porque está muy cansada,” agregó la abuela Anne. 

Celestine no solo camina largas distancias para conseguir agua, sino que también se enferma por consumirla. Estas enfermedades le impiden asistir regularmente a la escuela y jugar con sus amigas.  

“Los niños contraen lombrices por el agua contaminada. Es un gran problema,” dijo la abuela Anne. “La última vez que Celestine se enfermó fue… hace dos meses. Tuvo problemas estomacales, y ahora puedes ver costras en su cuero cabelludo a causa de los parásitos.”

Cada año, los niños de todo el mundo pierden 443 millones de días escolares debido a enfermedades relacionadas con el agua. El acceso a agua segura permite que niñas como Celestine puedan asistir a la escuela de manera regular.

Celestine es solo una de muchos niños en Kambu que contraen enfermedades mortales por consumir agua del río Kambu. A nivel mundial, los niños pierden 443 millones de días escolares cada año debido a enfermedades relacionadas con el agua.

En el verano de 2024, Water Mission completó un proyecto de agua segura en la comunidad de Kambu. Este proyecto es el más grande en Kenia hasta la fecha y beneficia a 9,000 personas, incluyendo un hospital y siete escuelas, una de las cuales es la de Celestine.  

También es el primer proyecto que utiliza un tanque elevado de acero y un tanque subterráneo de recolección. Con un clorador de erosión para tratar el agua, el proyecto de Kambu brindará agua segura a la comunidad, para que niñas como Celestine ya no tengan que caminar largas distancias ni enfermarse por causa del agua. 

Mira el video para conocer más sobre la historia de Celestine.


Gladys
Gladys vive en Golomoti, Malaui, donde las opciones de acceso al agua son limitadas. Esto la obliga a tomar una decisión difícil. Si camina hasta la bomba de agua más cercana y espera en largas filas para recolectar agua sin tratar, pierde mucho tiempo y, a menudo, falta a la escuela. Si recoge agua del río cercano, contaminado y utilizado también para bañarse y lavar pañales, ella y su familia corren un mayor riesgo de contraer enfermedades relacionadas con el agua.

Con estaciones de agua distribuidas por toda la comunidad, Gladys y los demás niños de Golomoti tendrán acceso a agua segura cerca de sus hogares. Esto traerá salud y esperanza, además de brindar más tiempo para estudiar y oportunidades económicas. “Cuando tengamos el proyecto de agua, tendré suficiente tiempo para estudiar. Eso significa que podré desempeñarme bien en clase.”

 

Chiku
Chiku es una niña tímida de ocho años que vive en Chikola, Tanzania, y forma parte de los 2 mil millones de personas que no tienen acceso a agua segura. Las horas que Chiku pasa caminando para recolectar agua para su familia le quitan tiempo para hacer su tarea. Luego, como el agua está contaminada, a menudo se enferma y no puede asistir a la escuela.  

Esto preocupa a Chiku, quien sueña con ser maestra algún día. Afortunadamente, gracias a amigos como tú, Chiku pronto tendrá agua segura cerca de su hogar y estará lo suficientemente sana como para recibir una educación.
  

“Será muy beneficioso para mi hija y para otros niños,” dice la mamá de Chiku. “Veo un futuro de excelencia como resultado de la disponibilidad de agua segura.” 

 
Mira el video para conocer más sobre la historia de Chiku.
Lucy 

Lucy, una madre y residente en Morpus, Kenia, estaba en casa cocinando para sus hijos mientras su hijo estaba en un hoyo profundo recogiendo agua para la familia. De repente, Lucy escuchó gritos y llantos desde el lecho del río. Cuando corrió a investigar, encontró que el hoyo se había derrumbado, enterrando trágicamente a su hijo.

Lucy dice que con agua segura en la comunidad, "la vida ha cambiado por completo." Está agradecida porque el acceso a agua segura significa un futuro más brillante y seguro para sus nietos.

“Ahora los niños van a la escuela y pueden conseguir agua allí,” dijo. “Estamos muy agradecidos.”

 
Mira la historia completa de Lucy.